Carta para un… Poeta Argentino
¿Cuál ha sido la energía que dejó en ti el convivir con niños y niñas que viven situaciones difíciles y que además no tengan un hogar y una familia y que a pesar de ello te brindaran sonrisas, confianza y escucha…? ¡Tu les invitaste a soñar y a cumplir sus sueños! "...porque no hay nada que impida volar cuando uno se hace alas y se labora sueños…" (cito textualmente tus palabras Poeta). La humildad y honestidad de los niños es tan maravillosa y tan llena de luz, cosas que vamos olvidando los adultos.
El pueblo de México en la mayoría de los casos recibe a los extranjeros con los brazos abiertos y no me dejarás mentirte que así te han recibido en todos estos años en tus visitas y presentaciones de libros. Te hemos abierto las puertas de nuestras casas y de nuestros corazones.
Desde tu partida, tuve muchos sentimientos: incertidumbre, tristeza, mucho enojo pero no quise escribir desde este punto porque si lo fui en las últimas líneas de mis mensajes hacia ti, esto sería con toda la intención de herir, pero afortunadamente siguen llegando a mi grandes seres y me hizo reparar en que era necesario decírtelo pero desde un punto donde el amor estuviera presente.
De vez en cuando recuerdo las palabras de apoyo, los primeros mensajes llenos de tantas cosas, la ilusión, el entusiasmo, la llama que encendiste y también te extraño, pero trato de estar bien porque a final de cuentas sucedió y busco no estar triste por lo que no paso.
Tu me hiciste creer que nada me impediría volar, pero cortaste mis alas, me hiciste crear sueños y te los llevaste con tu silencio. Pido perdón si te has sentido ofendido por lo que hice, no dije en su momento o la manera en que lo dije pero te suplico de todo corazón que no vuelvas a ilusionar un corazón, un corazón de una mujer mexicana o de cualquier otro lugar (porque la mujer siempre da sin medida) y después irte sin decir nada más.
De todo corazón deseo que tengas una total recuperación en tus oídos y que sigas cosechando frutos con tus obras y seas feliz con la ternura de tus bellos seres queridos.
No me queda más que despedirme…
Atte. La Flaca
El pueblo de México en la mayoría de los casos recibe a los extranjeros con los brazos abiertos y no me dejarás mentirte que así te han recibido en todos estos años en tus visitas y presentaciones de libros. Te hemos abierto las puertas de nuestras casas y de nuestros corazones.
Desde tu partida, tuve muchos sentimientos: incertidumbre, tristeza, mucho enojo pero no quise escribir desde este punto porque si lo fui en las últimas líneas de mis mensajes hacia ti, esto sería con toda la intención de herir, pero afortunadamente siguen llegando a mi grandes seres y me hizo reparar en que era necesario decírtelo pero desde un punto donde el amor estuviera presente.
De vez en cuando recuerdo las palabras de apoyo, los primeros mensajes llenos de tantas cosas, la ilusión, el entusiasmo, la llama que encendiste y también te extraño, pero trato de estar bien porque a final de cuentas sucedió y busco no estar triste por lo que no paso.
Tu me hiciste creer que nada me impediría volar, pero cortaste mis alas, me hiciste crear sueños y te los llevaste con tu silencio. Pido perdón si te has sentido ofendido por lo que hice, no dije en su momento o la manera en que lo dije pero te suplico de todo corazón que no vuelvas a ilusionar un corazón, un corazón de una mujer mexicana o de cualquier otro lugar (porque la mujer siempre da sin medida) y después irte sin decir nada más.
De todo corazón deseo que tengas una total recuperación en tus oídos y que sigas cosechando frutos con tus obras y seas feliz con la ternura de tus bellos seres queridos.
No me queda más que despedirme…
Atte. La Flaca
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